En 1894, Madre Clélia fundó el Instituto de las Apóstoles del Sagrado Corazón de Jesús y las primeras apóstoles iniciaran su misión en la ciudad de Viareggio, en Toscana. En 1900, la Fundadora envió las primeras Monjas Misionarias para socorrer a los emigrantes italianos, en Brasil lejano. Luego después, las Apóstoles recibieron, de buena voluntad, la invitación de la iglesia para desarrollar su misión en otros países; algunas misionarias partieron en 1902 para los Estados Unidos y, sucesivamente, en 1974 para Argentina, en 1955 para Suiza, en 1990 para Chile, en 1992 para Albania, en 1994 para Mozambique, en 1997 para Uruguay, en 2001 para Paraguay, en 2002 para Benin, en 2013 para Haití, en 2016 para Irlanda y Portugal, en 2023 para Ghana. El espíritu misionario de los orígenes del instituto y la total disponibilidad al servicio de la iglesia nunca faltaran.
Según Juan Pablo II, en la Encíclica magistral Redemptoris missio, incentivó a los institutos de vida consagrada a ofrecer su contribución a la acción misionaria de la iglesia, conforme el propio carisma, en los “inmensos espacios de la caridad, del anuncio evangélico, de la educación cristiana, de la cultura y de la solidaridad para con los pobres, los discriminados, los marginalizados y oprimidos.”
El trabajo de las misiones de las Apóstoles del Sagrado Corazón de Jesús tiene como identidad el esfuerzo de revivir y actualizar en las obras la cultura misionaria, según el carisma de Madre Clélia.
El Instituto de las Apóstoles de Sagrado Corazón de Jesús, por la fuerza de su carisma, se dedica, de modo especial, a la acción misionaria de la iglesia. Cada Apóstoles, en cualquier lugar donde esté, busca siempre mayor unión con el sagrado corazón de Jesús, para que bebiendo en la fuente del amor de Dios, pueda tornarse una naciente “de la cual broten ríos de agua viva.”
Dejemos guiar por el Espíritu Santo que nos conduce para además de las fronteras del nuestro Instituto y, en colaboración con otros, podamos dar testimonio de solidaridad y apoyo recíproco en el anuncio del Evangelio.
"Id, haced
discípulos" (Mateo 28, 19)